El empleo como fuente de dignificación de las personas

 El empleo como fuente de dignificación de las personas

María Violeta Silva

Abogada – Ex Seremi del Trabajo

Analista internacional

 

El 28 de abril pasado, el INE dio a conocer el comportamiento del mercado laboral del último trimestre móvil, dando cuenta de un fenómeno que se viene registrando desde hace ya varios meses: un incremento de las tasas de desocupación, debido, entre otras razones, al alza de la fuerza de trabajo, esto es personas que salen a buscar trabajo y no lo encuentran y aquellas que buscaron trabajo por primera vez. Quedando así en evidencia que el mercado laboral se ha deteriorado al ser esta la quinta alza consecutiva del aumento de la desocupación a nivel nacional.

 

Nuestra región de Valparaíso no escapa a esta realidad, pues la tasa de desocupación alcanzó a un 8,3%, registrando un aumento de 0,4 puntos porcentuales, respecto a igual período del año anterior. En tanto, el empleo informal o precario, se ha mantenido en porcentajes muy similares a los informes anteriores, esto es, un 28,7%.

Otra advertencia de la encuesta del INE es que, de acuerdo con las cifras, una vez más el desempleo femenino requiere un foco especial, por cuanto este se situó en un 8,8%, superior al promedio regional y al de la tasa masculina. Este fenómeno se ve agravado por el aumento de aquellas mujeres que desempeñan empleos informales, cuyo porcentaje prácticamente se mantiene en el 30% (29,9%), superando al empleo informal de hombres y al promedio total.

 

La desocupación y el empleo precario, así como sus consecuencias, también ha generado preocupación en la Organización Internacional del Trabajo organismo que en su cuenta anual de la situación del empleo de febrero pasado, urgió a los países a adoptar políticas para crear empleo formal y al sostenimiento de los ingresos laborales.

Dentro de los factores que han incidido es este panorama según la OIT, destaca la persistencia de la pandemia, la guerra Rusia – Ucrania, la perspectiva de un crecimiento económico bajo y las secuelas de una elevada inflación, entre otros.

 

El organismo internacional también advierte que “los trabajadores informales tienen entre 3 y 4 veces más probabilidades de ser pobres que los trabajadores formales, a la vez que explican entre 70 y 90 por ciento de la pobreza laboral total”. Es otras palabras, la desocupación y el empleo informal propician la mantención del círculo vicioso de la pobreza, mismo que puede detonar en inestabilidad social y política.

Es, por ende, indispensable que nuestro país adopte un compromiso claro con el empleo, desarrollando políticas de sostenimiento y creación de más y mejores empleos formales, con especial foco en las mujeres, que dé respuesta a la presión laboral, misma que a su respecto se elevó a 14,5%.

 

¿Cuál es la solución a este grave y complejo problema según mi parecer?

Uno, los proveedores de empleos, en especial las pymes, deben contar con certezas jurídicas para poder proyectar con confianza sus planes e inversiones; y dos, el Gobierno debe elaborar, con la participación de todos los actores involucrados, una Política de Estado en materia de recuperación económica y de incentivo a la generación de fuentes laborales, que de un horizonte estable al empleo.

 

No debemos olvidar que el trabajo no sólo implica ingresos para las familias, sino que por sobre todo dignifica al ser humano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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